Aglomoco

Bienvenidos al torcido mundo de mi creación, Aglomoco ¡Recuerden! Comentad o les arrancaré el higado!

Name:
Location: Río Bueno, X región, Chile

La historia se ha escrito con sangre y a punta de espada. A mi siempre me a interesado la historia, siendo una de mis grandes pasiones, pero como la historia esta cargada de guerras, revueltas, revoluciones e invasiones, empezé a buscar saber más sobre las guerras y batallas. De esa manera, actualmente, soy un apasionado de la historia belica, así tambien de sus armas y fortificaciones. Aparte de ello, me interesan los juegos de rol, que aunque nunca he jugado ninguno, soy el master de uno inventado (bastante informal, pero a fin de cuentas, poco me importa y a los que lo juegan). Este juego de rol, ya va funcionando desde 10 años más o menos, y en su momento pick, tuvo 70 personas, cosa que por ridicula que sea me enorgullese. Por ahora, estudio, si así se le puede llamar a lo poco que hago con respecto al colegio. "Incursores Kanovs" es una novela que estoy escribiendo, se puede considerar como una tipica historia de estilo "espadas y brujeria", pero relativo a mi juego y mi mundo, Aiers o Aglomoco, como prefieran mencionarlo. "Guerra de Fronteras" es mi primera novela gráfica y trata principalmente de la vida y campaña en el crucero de Nortenz "Skadi"

Sunday, October 01, 2006

verdun

La artillería callaba, después de 7 días de bombardeo. Los hombres, ascinados en un oscuro refugio subterráneo se miraron entre si, con una expresión de miedo. Aquel silencio súbito solo significaba una cosa: que el enemigo lanzaría su ataque. Los suboficiales ladraron ordenes y mandaron a los hombres a ocupar sus puestos en las trincheras casi inexistentes, derrumbadas por la acción de la artillería. Se pusieron en posición de tiro, mientras intentaban mejorar sus maltrechas posiciones con palas y las bayonetas, con las que cavaban desesperadamente en el suelo. Los ametralladores, guiados por los oficiales, sacaron rápidamente las ametralladoras pesadas Maxim de los refugios. Se repartieron municiones adicionales y más de uno rezo un padre nuestro. El ataque ya se había demorado demasiado desde el fuego de los cañones, comentaron. Deben haber tenido alguna descoordinación. Pobrecillos, respondió uno, con sorna.

Entonces se escuchó la señal de ataque. Los oficiales franceses tocaban sus silbatos, mientras que trepaban por las escaleras dispuestas en las trincheras para el ataque un torrente interminable de infantes franceses.

Los morteros y cañones alemanes rápidamente abrieron fuego sobre el enemigo que avanzaba por la tierra de nadie, pero los tubos de los cañones estaban desgastados por la larga guerra y la parálisis de la industria alemana por el bloqueo de la Entente Cordiale, por lo que los “schnarpel” quedaran cortos, cayendo incluso en la línea alemana, por lo que se pidió el cese de fuego. Los franceses continuaban su carrera, indemnes, por la tierra de nadie, hasta que abrieron fuego las pesadas ametralladoras Maxim. Sus mortales proyectiles barrieron a los infantes, dejando grandes vacíos en la línea de ataque. Pero como decían los generales franceses “el soldado francés solo conoce la ofensiva”, y a pesar de las bajas sufridas, continuaban adelante, a bayoneta calada, dejando a los muertos y heridos tras de si. Los fusileros alemanes empezaron a disparar entonces, pero nada detenía a los agresores, que cruzaban dificultosamente las alambradas. Los alemanes calzaron entonces las bayonetas y cogieron las palas afiladas. Arrojaron las granadas a los ya demasiado próximos franceses, recibiendo a su vez las enemigas. Entonces los franceses alcanzaron las trincheras alemanas y comenzó el brutal y sangriento combate cuerpo a cuerpo, pero los hombres del Kaiser, superados enormemente en número, fueron muertos o hechos prisioneros.

Un suboficial francés se acercó entonces a su superior, que se encontraba de pie junto a un refugio observando la trinchera cubierta de cadáveres y las pálidas caras de los soldados, con el terror del ataque aún en sus rostros. El oficial, al sentir que se acercaba el suboficial se dio vuelta y lo saludo.

-¿y Mersault?

-Monsieur Captain, avanzamos 420 metros. Nuestras bajas son de 340 muertos y 500 heridos.

El capitán le dio un espaldarazo al suboficial y se mostró satisfecho.

-Parfait Mersault. Avanzamos más que en todo Julio. Felicite a los hombres.

Labels:

1 Comments:

Blogger Tobias Hellwig said...

estan bkns los cuentos. Mucho mas que los mios, pero hago lo que puedo.

Sigue así y te espero en conce

5:28 PM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home